Zidane debería continuar ocurra lo que ocurra en el Real Madrid
El partido de mañana en Valdebebas será seguramente el más importante de la historia reciente del club desde que se ganó la Champions de 2018, o, al menos, el más trascendentes para los intereses de la temporada. Es un todo o nada que llega pronto, en el mes de diciembre, y que podría suponer la primera vez en toda la existencia del conjunto blanco que se quedan fuera de su competición fetiche. Jugar la Europa League es una opción factible por primera vez y los jugadores no deberían ni pensar en esa variable.
Mañana toca ver la versión de las grandes citas esta temporada en el Real Madrid. Cuando al otro lado hay un gran rival, los blancos recuperan el espíritu combativo de las grandes noches y vuelven a ser el equipo que Europa recuerda. De la mano de Zinedine Zidane. El francés está viviendo su etapa más complicada desde que llegó al equipo a principios de 2016 y en esta ocasión el encuentro podría ser definitivo para su futuro, aunque no debería.
Zidane retomó a un equipo en ruinas a mediados del 2019 por una cuestión de amor al club, en un contexto en el que ningún gran técnico quería tomar las riendas y haciendo un gran favor al presidente. Año y medio después, con una Liga complicadísima bajo el brazo, a este servidor se le antoja imposible pensar en un Real Madrid sin el gran valedor de las tres Champions, con sus errores, con su parte de culpa de esta dinámica de equipo, pero con la capacidad intacta para dar la vuelta a esto en un año que, presumiblemente, es de transición.