Las comparaciones son odiosas, pero también duelen
Para los que creen en la existencia del karma, bienvenidos a su casa, y para los que no... "debemos vivir con las consecuencias, sean gloriosas o trágicas", y parece que el Barcelona ha hipotecado toda su trayectoria a lo segundo. Siendo completos dueños de nuestras decisiones en vida, los culés no se cansan de hacer el ridículo, así como de intentar corromper todo lo que tocan. Porque ya lo hicieron cuando en España había una dictadura, mientras otros luchadores como don Santiago Bernabéu o don Raimundo Saporta construían algo de lo que enorgullecerse al pasar los años. Porque el Real Madrid es otra, y las comparaciones duelen, sobre todo cuando la mediocridad e inferioridad de una de las partes se come todo el escenario.
El caso Dani Olmo, el de estos días de Thomas Heurtel... por no hablar de Enríquez Negreira, que ya es harina de otro costal. Así funciona y ha funcionado el Barcelona toda la vida, mientras que el Real Madrid se ha dedicado a hacer lo que mejor sabe: ganar. Pero no ganar títulos, que también, sino ganar el respeto del mundo entero. Tanto del fútbol como del resto, ya que los madridistas sabemos lo que hay que hacer siempre en cada situación. Ya lo hizo don Juan Gómez 'Juanito' con la Real Sociedad en el 1987, y ahora lo ha vuelto a hacer el club blanco con la tragedia en Valencia, pasando por Lorca o por el Deportivo de la Coruña. Porque así somos nosotros, algo a lo que nadie será capaz de alcanzar.
Dentro de la variabilidad de lo que es la vida, el ser humano es capaz de elegir cómo quiere ser realmente, y el Barcelona siempre eligió el camino de lo oscuro, de las trampas y otras tantas cosas más. El Real Madrid siempre funciona diferente, y es algo que no cambiará. Sobre todo, mientras don Florentino Pérez siga entre nosotros, aunque estoy seguro que su sucesor estará bien encarrilado.