Un gigante sin rumbo
Han pasado ya varios meses desde que arrancó la temporada y el Real Madrid de baloncesto sigue sin encontrar su identidad. Aunque el desempeño del equipo estas últimas semanas ha dejado un rayo de esperanza.
Lejos de mostrar un juego medianamente decente, el equipo se ha convertido en un mar de dudas que no sólo le aleja de los puestos de Playoffs en Euroliga, sino que tampoco termina de destacar en la Liga Endesa, donde el nivel de exigencia es mucho más bajo.
El talento individual de algunos jugadores ha servido para sacar adelante partidos puntuales, pero el juego colectivo brilla, hasta ahora, ha brillado por su ausencia, y el equipo se descompone ante rivales bien armados y con las ideas claras.
El discurso recurrente sobre una plantilla corta se diluye al echar un vistazo a la clasificación europea. Equipos como París, Bayern de Múnich o Mónaco lideran la Euroliga con plantillas que, sin ser especialmente largas, mantienen una rotación equilibrada y efectiva. Lo que en ellos funciona, en el Real Madrid se traduce en desajustes, falta de frescura y una preocupante dependencia de jugadores que tampoco han podido dar su mejor nivel.
¿Qué soluciones tiene este Madrid? La primera pregunta apunta inevitablemente al banquillo. ¿Es Chus Mateo el entrenador adecuado para enderezar el rumbo o será necesaria una apuesta más contundente?
Otra opción pasa por acudir al mercado en busca de refuerzos que aporten energía y talento donde más escasea. ¿Pero hay opciones reales para mejorar la plantilla?
Sea cual sea el camino, lo cierto es que el Madrid necesita reaccionar cuanto antes si no quiere que esta temporada quede marcada por la decepción.