Así es imposible

Se veía venir. Desde el partido en el Metropolitano, donde el Real Madrid accedió de milagro a los cuartos de final de la Champions League, se podía augurar una debacle como la acontecida el pasado martes en Londres. Los blancos estaban en el alambre, sobre todo sufriendo frente a la Real Sociedad, pidiendo la hora contra el Leganés y perdiendo ante el Valencia, y ayer se cayeron de ese alambre en el que ejercían de funambulistas cada semana.

Ni orden, ni actitud, ni compromiso... La debacle ante el Arsenal ha sido la crónica de una muerte anunciada, la consumación de una enfermedad que presentaba ya todos los síntomas y que afecta a todo el equipo, entrenador incluido. Los jugadores están muy lejos de su nivel y del mínimo rendimiento exigible. Ni corrieron, ni mostraron un mínimo de enfado y de ganas durante el encuentro. Solo se salva Courtois, que volvía de lesión e hizo que el desastre no fuera ya insalvable.

Por su parte, Ancelotti debe hacer ver a sus futbolistas que así es imposible. Su mensaje ha de calar en la plantilla, algo que no está ocurriendo. Tiene que generar una reacción en sus jugadores que haga que la actitud y el compromiso vuelvan a ser la base del equipo. Además, necesita resolver el problema de juego que tiene el conjunto blanco. Nadie sabe a qué juega el Real Madrid, y eso es culpa del entrenador.

Hay mucho que resolver, mucho que arreglar, pero también hay material para volver a la senda del triunfo. Hay razones para creer en el milagro, pero mucho tiene que cambiar la película. Así es imposible.