A cuartos con dudas: la crónica del Real Madrid 1-1 Leipzig
Real Madrid y Red Bull Leipzig se reunían este miércoles en el Santiago Bernabéu en busca de un billete para los cuartos de final de la Champions League. Los blancos partían con ventaja después del 0-1 obtenido en Alemania, sin embargo, les costió Dios y ayuda poder cerrar la eliminatoria ante un rival muy combativo que le puso en serios apuros durante gran parte del partido.
Para este encuentro, Carlo Ancelotti recuperó el sistema de las anteriores campañas: el 4-3-3. El técnico italiano prescindió de Rodrygo para colocar a Tchouaméni y Camavinga en la sala de máquinas junto a Kroos, y puso a Valverde y a Vinicius de extremos y a Bellingham de nueve. Por su parte, Nacho volvió al eje de la zaga junto a Rüdiger, Carvajal y Mendy formaron los laterales, y Lunin ocupó nuevamente la portería. En el Leipzig, Marco Rose no se reservó nada y salió contodo a intentar dar la campanada: Gulacsi, Orban, Olmo, Haidara, Openda, xavi Simons, Raum, Castello Junior, Scchlager, Sesko y Henrichs.
NINGÚN TIRO A PUERTA EN EL PRIMER TIEMPO
Bajo un ambiente espectacular, con tifo incluido por el 122 aniversario del Real Madrid, dio comienzo un partido bastante tranquilo en sus primeros compases. Las primeras grandes ocasiones no llegaron hasta el minuto 12. Primero Vinicius, que cabeceó un balón que se acabó envenanando y que tocó en la parte superior de la red, y después Openda, quien no pudo darle la rosca suficiente a un disparo desde una posición bastante ventajosa en la frontal del área, tratando de aprovechar la fragilidad defensiva del conjunto blanco. Y es que, sin apenas esfuerzo, el Leipzig era capaz de armar el contragolpe y de plantarse con bastante peligro cerca de la portería merengue. Solo necesitaba un par de pases para demostrar que su punto fuerte son las transiciones. Todo lo contrario que el Madrid, que no conseguía inquietar al arquero rival.
Muchos toques, pero era llegar a tres cuartos de campo y los alemanes recuperaban fácilmente el balón. La delantera y el centro del campo del equipo madrileño, completamente desactivados por parte de los germanos, que sí daban sensación de peligro cada vez que trenzaban jugada. Bellingham y Vinicius, anulados por un Leipzig que, además, sí lograba acabar jugadas. Justo al final del primer tiempo, Openda silenció al Bernabéu con una volea que se fue lamiendo el poste y que pegó en el lateral de la red. Los blancos acabaron marchándose al descanso con cero tiros a puerta y con pitos de la afición después de una mala primera mitad.
VINICIUS-BELLINGHAM, LA PAREJA DE MODA
Sabedor de que el equipo necesitaba cambios y más dinamita arriba para generar peligro, a tenor de la mala primera parte, Ancelotti decidió quitar a Camavinga y meter a Rodrygo. Sin embargo, el cambio no surtió efecto. Lejos de despertar y de inquietar a los germanos, el Real Madrid siguió somnoliento, dejando a los visitantes acercarse con facilidad. El primer disparo a puerta de los blancos no llegó hasta el 63', después de que Rodrygo se sacase un buen latigazo en la frontal del área pequeña, al que reaccionó bien el portero rival. Ocasión que sirvió de acicate, puesto que en la siguiente jugada, los madridistas conseguirían al fin hacer gol.
Conducción fantástica de Bellingham al contragolpe, desmarque de Vinicius en diagonal, pase medido del inglés y finalización perfecta del brasileño. Contraataque de manual. Sin embargo, poco duró la alegría. En el 69', después de un primer aviso por parte de Xavi Simmons, Raum pondría un gran centro al área para que Orban cabeceara y pusiera de nuevo las tablas en el marcador, y al Madrid contra las cuerdas, puesto que, tras el gol, el Leipzig volvió a arrinconar a los merengues con centros, largas jugadas y algún que otro disparo lejano bastante peligroso que conseguía atrapar Lunin o que taponaba la defensa.
A CUARTOS, Y GRACIAS
El tanto del conjunto alemán estaba mucho más cerca que el del Real Madrid. Por ello, Ancelotti se vio en la obligación de mover al banquillo metiendo a Modric por Kroos. Pero ni aun así. Afortundamente, las fuerzas comenzaron a flaquear en el cuadro teutón y los madridistas pudieron adueñarse del partido. Joselu entró por Bellingham en el tramo final para echar una mano a balón parado y para intentar cazar alguna en el área, pero apenas tocó bola. Rodrygo pudo sentenciar, pero no definió bien delante del portero, y el Leipzig pudo igualar la eliminatoria en el descuento; afortunadamente, la vaselina de Dani Olmo salió repelida por el larguero y el equipo blanco acabó cerrando el pase a cuartos.
Con este, son ya cuatro partidos (Rayo, Sevilla y Valencia) en los que el Real Madrid empata o gana por la mínima, dejando muchas dudas y sufriendo demasiado. Los de Ancelotti conocerán a su próximo rival en Champions el próximo viernes 15 de marzo. Antes, toca resarcirse de la mala imagen mostrada hoy en otra jornada de Liga frente al Celta en el Bernabéu (domingo 18:30 horas).