¿A alguien le sorprenden los chanchullos del Barça?

La indignación se ha instalado en mi mente en las últimas horas. Me resulta realmente fascinante que el malo de la película siempre sea el Real Madrid. Pase lo que pase, tanto dentro del terreno de juego como fuera de él, siempre hay que culpar a los que hacen historia en el Santiago Bernabéu. El famoso relato lo tenemos perdido en casi todas las áreas, algo que hay que achacar directamente a la nefasta política de comunicación del club. Todo hay que decirlo.

Anoche, en un partido en el que el Real Madrid fue claramente perjudicado por el arbitraje, Imanol Alguacil comentó que los locales recibieron ayudas para pasar a la final de la Copa del Rey. Fue bochornoso, pero tampoco me sorprende. Alguacil es el nuevo Quique Setién y está haciendo méritos para, tarde o temprano, llegar al banquillo del FC Barcelona. No hay más.

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Soportar las quejas del otro lado del puente aéreo me crispa demasiado. Sobre todo teniendo en cuenta que son los mismos protagonistas que tragan todo tipo de ilegalidades por parte de su directiva. Engañan a sus aficionados, juegan incluso con su día a día (veáse lo que sucedió en el Camp Nou hace dos temporadas), pero la culpa de todo la tiene el Real Madrid.

Lo último es lo de Dani Olmo y Pau Víctor. ¿A alguien le sorprende lo de los palcos VIP? ¿No es exactamente lo que llevan haciendo desde hace muchos años? La principal diferencia es que ahora la pelota está en el tejado del CSD. Si después de lo que ha confirmado LaLiga, admiten las inscripciones de ambos jugadores, el fútbol español debe parar. Me da igual que el Real Madrid no gane ninguna liga en los próximos 20 años, lo realmente importante es parar de una vez los pies a los que se han acostumbrado a ser los amos del cortijo.