Para esto te fichamos, Kylian

Siete años. Ese fue el tiempo que duró tu fichaje, Mbappé. Mucho ruido y pocos actos durante algunos años, oportunidades rechazadas, y hasta desilusión por parte del madridismo con tu traspaso. Yo personalmente siempre creí y quise que jugaras en el Real Madrid. Cierto es que lo de 2022 me costó superarlo. No es fácil que te digan que no. Pero supe desde el primer momento que te habías equivocado y que tarde o temprano ficharías. Y finalmente este verano, cuando quizás pocos lo esperaban, fue cuando llegaste a la capital. 

No te voy a engañar Kylian, con el gol en la final de la Supercopa de Europa me ilusioné. Aunque luego caí con tus actuaciones ante Barcelona, Liverpool o Athletic. Pero lo que nunca hice fue bajarme del barco. No soy de esos. Cuando pertenezco a algo, lo hago para siempre, y en tu caso no iba a ser menos. Al igual que al equipo en general, te costó poder ser determinante en los días importantes. No era solo cosa tuya, aunque acaparaste muchas críticas por la calidad que se suponía que tenías. Tocaste fondo en San Mamés. Tú mismo lo admitiste. Pero desde entonces, se ha visto el despertar de la bestia.

EL MOTIVO DE TU FICHAJE

Cuando peor estabas, te levantaste. Cuando la gente se bajó de tu barco, zarpaste. Y cuando todos veíamos un futuro negro, tú decidiste que era la oportunidad perfecta para verlo blanco. Son 28 goles y 4 asistencias en lo que llevamos de temporada. Y aunque sirven de mucho marcarlos en el día a día liguero, el Real Madrid te fichó para algo más. Para las noches europeas. Para los días donde la magia aparece. Y para oportunidades como la del pasado miércoles frente al Manchester City, donde anotaste un hat-trick espectacular y nos demostraste por fin el porqué de tu fichaje: seguir agrandando la leyenda del Real Madrid.