El adiós más doloroso del Real Madrid
En apenas unos días el Real Madrid se despedirá de Luka Modric. He de reconocer que sigo viviendo enamorado de su fútbol, de su exterior, y de esa capacidad para levantar al Bernabéu con solo salir a calentar en mitad de los partidos. No habrá nadie como él, y tengo la sensación de que todos nosotros no somos conscientes de lo que ha sido capaz de hacer este niño criado entre guerras.
Es alguien que trasciende al propio fútbol. Un referente, una leyenda... en definitiva, un icono para todos los soñadores. Pocos como él han sido capaces de ganar un Balón de Oro en época de Messi y de Cristiano Ronaldo, pero sus logros van mucho más allá de lo material.
CAPACIDAD DE EMOCIONAR
Los que somos del Real Madrid estamos malacostumbrados a ver ciertos milagros todas las temporadas en el Santiago Bernabéu. Acudimos a Concha Espina como si se tratase de una liturgia de la que somos partícipes. Tenemos varios profetas, pero nadie como Luka Modric nos encandila tanto con su palabra y su magia.
Es el Dios del Madridismo, por eso tendremos el adiós más doloroso en las próximas semanas. Tengo la sensación de que el croata ha calado incluso más hondo que otros profetas como Sergio Ramos o Cristiano Ronaldo. Modric, consciente de su divinidad, jamás quiso dar un problema al Real Madrid. Es el club de su vida y siempre lo será.
En cuanto finalice la temporada, regresará a su planeta para observarnos, pero seguirá cuidando de todos los madridistas. Gracias, Luka.
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