LaLiga, la única del mundo que castiga el talento

Ayer se confirmó la sanción de dos partidos para Jude Bellingham. El pecado del inglés fue dirigirse a Gil Manzano con las siguientes palabras: "¡It's a fucking goal!". El colegiado que, unos segundos antes, perpetró un atraco sin precedentes en contra del Real Madrid señalando el final del partido en medio de un centro al área de Brahim Díaz y que desembocó en el que debía haber sido el 2-3, obra del inglés.
Una muestra más del percal que tenemos en España. LaLiga hoy en día es el hazmerreír de Europa. Una competición que premia a los Raíllo, Fali y compañía y que castiga a los Bellingham y Vinicius. No hablo solo de las instituciones competentes, sino también de la opinión pública, motivada por una prensa cada vez más partidista que no duda en atizar a todo aquel que defiende el escudo del Real Madrid.
Lo más triste -o el consuelo, según se mire- es que en el exterior ya empiezan a tenernos calados. La vergonzosa actuación de Gil Manzano en Mestalla y la surrealista sanción a Jude Bellingham no tardaron en dar la vuelta al mundo. Y todos coincidían en que todo lo que sucedió en el feudo valencianista fue un despropósito de dimensiones siderales. El bueno de Mbappé, al menos, ya sabe lo que le espera a partir de la próxima temporada.

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