ANÁLISIS BD - Las claves para imponerse en el derbi: una partida de ajedrez entre argentinos
Se podría decir que el Atlético de Madrid llega al derbi de esta tarde en un momento dulce y el Madrid en un momento empalagoso.
Los hombres de Diego Pablo Simeone llegan a la cita apeados hace unas semanas de la Copa del Rey por el Girona, un caudal ingobernable de lesiones (ahora Koke se ha quedado fuera y han recuperado 'in-extremis' a Godín) y con la derrota de hace apenas seis días en el Villamarín ante el Betis (1-0). Los rojiblancos permitieron que su inédito escarceo con la derrota, que supuso solo la segunda en LaLiga, convirtiese en soplo de aire fresco las tablas que el Barcelona había firmado previamente ante el Valencia en el Camp Nou (2-2). El Atlético de Madrid se quedó a seis tras desaprovechar una oportunidad manifiesta de presionar al líder. Y de paso, el vecino que ya asoma, se atisba por el retrovisor a solo dos unidades. Empero, ello no empaña la campaña liguera de un Atlético férreo y sólido como acostumbra. Habrá que ver si febrero no desconcierta a los del Wanda con el regreso de la competición que obsesiona por el Cerro del Espino, ansiando alcanzar la gloria en suelo propio.
En el Real Madrid todo ha cambiado y mucho en menos de un mes. Si el 2019 comenzó con más dudas de las que dejó un final de 2018 que se enmascaró con la conquista del Mundial de Clubes, sin conseguir saborear la victoria ante Villarreal (2-2) ni Real Sociedad (0-2), las aguas bajan mucho más tranquilas por Chamartín. La enfermería a rebosar también ha sido una constante en los blancos, que han visto como Solari ha conseguido enderezar el rumbo de un transatlántico destinado a emular al Titanic. Todas las líneas han subido el nivel, con un Keylor excelso como acostumbra durante la ausencia de Courtois y con el que el Madrid ha alcanzado una semifinales coperas que se atragantaban. Sergio Ramos ha dado un paso al frente en el centro de la retaguardia, Modrić ha alcanzado el nivel que le llevó a ser Balón de Oro y Vinícius ha supuesto una bendición. La vía de escape necesaria para un Madrid sin credenciales que tenía fogueándose en el Castilla al joven que volvería a enganchar a la parroquia blanca. Sin duda, el complemento ideal para un Benzema con el que se entiende a las mil maravillas, y que ha permitido ver la mejor versión del francés en su década como madridista.
Uno de los alicientes del choque radicará en ver qué equipo consigue imponer su estilo en la sala de máquinas. El táctico y físico centro del campo del Atlético estará formado por Rodri y Thomas, que supondrán un dolor de cabeza para los Casemiro, Kroos y Modrić. Presumiblemente, los blancos llevarán la batuta ante un equipo especialista en el repliegue y cómodo cuando provoca que el rival amase el balón en zonas intrascendentes del campo, aprovechando el robo inoportuno para lanzar al espacio a Griezmann y ahora a un Morata especialmente motivado.
Otra de las claves se encontrará en el hombre que elija Simeone para el lateral derecho. El argentino ha optado por Juanfran en los duelos de enjundia como en el Pizjuán, relegando al banquillo a un Arias que venía jugando bien pero que sale perdiendo con el de Crevillent en la fiabilidad y rigor defensivo que el técnico rojiblanco exige de los suyos. Sea quien sea, a buen seguro contará con las ayudas de un Saúl también familiarizado con la posición de carrilero por las circunstancias. Por el duelo entre la doble banda del Atlético con Vinícius pasan muchas de las opciones de un choque que además del componente emocional que supone, aguarda multitud de recovecos apetitosos en el tablero.