Lunin rompe una racha de más de 30 años en el Real Madrid
A priori, en un partido en el que el Real Madrid consigue vencer 4-0 a Osasuna, puede parecer que no hay lugar a análisis en defensa y menos aún para hablar sobre récords que hasta en el club más laureado de Europa no se habían conseguido romper durante el siglo XXI. Pero no fue el caso del último choque liguero de los hombres de Carlo Ancelotti. El retorno a la victoria tras dos derrotas consecutivas dejó una marca que tiene como protagonista a Andriy Lunin: un portero madridista dio una asistencia más de tres décadas después. Desde Paco Buyo en diciembre de 1993, un portero del Real Madrid no daba un pase de gol.
Corría el minuto 61 de un partido en el que el ucraniano no había tenido mucho trabajo, cuando, tras recuperar el balón su propio área, envió el esférico a campo rival para que Vinicius se quedara solo. El brasileño, que acabó regateando a Sergio Herrera para posteriormente rematar a puerta vacía, ponía así el 3-0 en el marcador para prácticamente sentenciar el encuentro.
Cuatro toques, un gol
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La asistencia de Lunin para el hat-trick de Vinicius #LALIGAenDAZN pic.twitter.com/ZYtcbLoR4U
MVP EN LA SOMBRA
Vinicius se marchó del Bernabéu como el premio al mejor jugador del encuentro tras un nuevo hac-trick. A pesar de ello, en un duelo en el que dio una asistencia y mantuvo su portería a cero, Lunin también se fue como el hombre del partido en la sombra. El ucraniano está cumpliendo con el rol que se le pide debido a la lesión de Courtois. La cantidad de goles encajados por los blancos en los últimos enfrentamientos no hace justicia al estado de forma del cancerbero, que con sus paradas ha evitado finales todavía más dramáticos de los que el equipo de Carletto ha tenido en las últimas semanas.
@AndreyLunin13 dejando así a @BellinghamJude y @vinijr. #ElDíaDespués pic.twitter.com/E0dY8TIh4y
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UN PORTERO ESPECIAL
Sus compañeros saben del valor de tener un portero suplente de este nivel, y así se lo hicieron saber; la mayoría de los jugadores, tras su asistencia, fueron a celebrarlo con él. Lunin, con la poca expresividad que le caracteriza, recibía los abrazos y las felicitaciones con gesto de poca euforia. Puede que estuviese pensando en la última vez que un portero del Madrid hizo algo así o quizá en que solo estaba cumpliendo con su trabajo. Y eso es lo que le hace especial.