Él no se merece un final tan triste en el Real Madrid

Estamos viviendo, con casi toda probabilidad, las últimas semanas de Carlo Ancelotti como entrenador del Real Madrid. Y aunque un servidor considere necesario un cambio en el banquillo cuanto antes, se niega a pensar que la andadura del técnico más laureado de nuestra historia vaya a terminar de una forma tan triste. Con un equipo plagado de estrellas, pero que apenas ha regalado momentos de buen juego a lo largo de la temporada.

Con la Champions League ya en la cuneta y LaLiga muy cuesta arriba, la final de este sábado se presenta como la última oportunidad de Ancelotti para despedirse del Real Madrid con un buen sabor de boca -dando por hecho que no llega al Mundial de Clubes-. Porque sí, el italiano ha tomado decisiones equivocadas e injustificables durante su etapa en el Santiago Bernabéu (a mí me resultan especialmente sangrantes la falta de confianza en Arda Güler o la insistencia con Rodrygo), pero tanto él como nosotros nos merecemos un adiós a la altura de su legado: el del entrenador con más títulos en la historia del club.

Evidentemente, lo que suceda en La Cartuja contra el Barcelona será responsabilidad directa de Ancelotti. De cómo plantee el partido, del once titular que elija, de los cambios que realice en la segunda parte... Pero, por supuesto, también tendrán mucho que decir los futbolistas. Un vestuario que siempre ha defendido a capa y espada al italiano y que seguro que también quiere despedir a Carletto por todo lo alto. 

Ganar o ganar, no hay otra. Porque tanto Ancelotti como el madridismo merecen separar sus caminos con un buen sabor de boca.