Real Madrid 97-78 FC Barcelona: el Palacio sana las heridas europeas
¡Final en el WiZink Center! Tras un fin de semana triste para el madridismo después de la dura derrota ante Panathinaikos en la final de la Euroliga, el Real Madrid de baloncesto ha vuelto al calor de su cancha para arrancar las semifinales de Liga Endesa ante un Barça descansado que no estuvo en Berlín disputando el título europeo.
El inicio de partido ha hecho olvidar rápidamente la debacle del domingo, con un inicio fulgurante de Campazzo y de Tavares, dos de los jugadores más señalados en la final por su poca aportación y por lo rápido que entraron en problemas de faltas. En esta ocasión, el argentino ha puesto un 5-0 de salida en un visto y no visto que, acompañado por una gran actuación del caboverdiano en ambos lados de la cancha se han convertido en un arranque de los blancos con mucho ritmo, defensas y anotación. Hacia la mitad de cuarto el Barça ha tratado de llevar el partido al barro y, por momentos, lo ha conseguido, pero los de Chus Mateo han vuelto a recuperar sensaciones desde el perímetro y a hacerse fuertes en la pintura para poner el +10.
El segundo asalto ha comenzado, de nuevo, con dudas, al igual que ambos encuentros de la Final Four, con el Barça imponiéndose en intensidad defensiva y recortando diferencias con ataques pacientes y fluidos bajo la dirección de Ricky Rubio que, aunque no ha aportado puntos en estos minutos sí ha hecho jugar a sus compañeros. Y cuando el Madrid ha vuelto a recuperar el mando del partido han aparecido los árbitros, Peruga y Aliaga, para volver a meter la intensidad que le faltaba al Barça. Los culés, continuamente, a la línea de tiros libres. Los madridistas, en cambio, sufriendo defensas intensas hasta la extenuación sin un silbido del trío arbitral. Eso sí, lo fácil que es pitar técnicas a los de blanco, pero al contrario…
Aún así, hoy el Madrid no se ha salido del partido y ha aprovechado el bajón de juego y el bajón impuesto para motivarse y meter aún más en el partido a un Palacio efervescente desde el calentamiento. ¿El resultado? Un juego pasional, intenso, con ritmo y un +8 al descanso.
Tras el descanso, ‘Facu’ ha vuelto a salir muy enchufado, acompañado de un incisivo Musa. Entre los dos han provocado que Roger Grimau, sobrexcitado todo el partido, haya tenido que pedir un tiempo muerto sin llegar a los dos minutos de juego con un parcial de 7-2 para los blancos. Y tras la pausa, dos robos blancos, un mate de concurso de Hezonja y un pase de Campazzo de pura magia para SúperMario, que ha recibido una falta al borde de la antideportiva cuando ya encaraba su segundo póster. En un abrir y cerrar de ojos, el Madrid se ha plantado con un +23 con una actuación brillante en tan sólo 3 minutos.
A este equipo cuando le salen las cosas no hay quien lo pare. Los árbitros lo intentan, eso sí, y en los siguientes minutos no han pitado faltas claras del Barça y a Causeur, en cambio, le han pitado una tras un cabezazo hacia atrás de Laprovittola que ha impactado en la cara de Fabien. Falta del francés, claro. ¿Por qué? Ni siquiera Peruga lo sabría explicar. Lo que sí sabría explicar es que el Barça, gracias a su arbitraje, ha vuelto a meterse en el partido. Con ellos y con Ricky, que ha vuelto a demostrar su magia antes de que sus compañeros empezaran a simular faltas y a protestar cada acción para tratar de llevar a los árbitros a una trampa en la que, sorprendentemente, no han caído. A estos juegos también se ha unido un Willy Hernángomez crecido, desafiando a la grada tras su 1/4 en tiros libres para entrar al último cuarto y unas defensas inexistentes sobre Tavares.
El último asalto, al que el Madrid ha entrado 10 puntos arriba, ha sido... Lo que Llull quiera que sean las cosas. El capitán blanco se ha echado el equipo a la espalda, ha aparcado la nave nodriza que diría Guille Giménez con Curry y ha metido cuatro triples seguidos para poner al Madrid 15 puntos arriba a falta de 7:40 para el final. El día que se vaya Llull se perderá un sentimiento visceral por el equipo que es muy difícil de encontrar. Tras semejante actuación, los blancos han seguido intensos en defensa y con paciencia en ataque, generando muchos espacios en el perímetro y con Tavares bailando en la pintura para dar fluidez al juego.
A los últimos cuatro minutos los blancos han llegado 18 puntos arriba, con buenas defensas y sabiendo leer el partido en cada momento, con calma cuando el duelo la pedía y con ritmo cuando el Palacio apretaba para encender a su equipo. Con el partido sentenciado ya sí ha aparecido Willy, intrascendente todo el choque hasta los dos minutos finales. Su momento. Con esta victoria, los merengues olvidan, en parte, el varapalo europeo y ponen el primer punto en la serie ante el club de la Ciudad Condal.
El siguiente encuentro del Real Madrid de baloncesto se disputará el próximo viernes 31 de mayo a las 20:30 ante el Barça en el segundo partido de las semifinales de Liga Endesa.