El Celtic, en deuda con su afición, intentará poner fin a su maleficio en el Santiago Bernabéu
El Real Madrid cierra mañana la fase de grupos de la Champions League con la clara intención de sumar tres puntos que le permita terminar como primero de su grupo. Para ello, deberá vencer a un Celtic de Glasgow que no se juega nada deportivamente (ni siquiera tiene opciones de alcanzar la tercera plaza que da acceso a la Europa League), pero que se siente en deuda con su afición y saltará al Santiago Bernabéu con el cuchillo entre los dientes.
Esta temporada, el Celtic de Glasgow regresaba a la Champions League cinco años después. Un histórico de Europa que no pisaba la máxima competición continental desde hacía un lustro. Demasiado tiempo de sequía. Por ello duele más la fase de grupos que se ha marcado el conjunto escocés, que llega a la última jornada sin conocer la victoria, sin poder siquiera optar a la Europa League y con solo tres goles a favor. Para encontrar la última victoria de los católicos en Copa de Europa hay que remontarse al 27 de septiembre de 2017 (hace 1.830 días), cuando ganaron 0-3 al Anderlecht.
El Celtic se siente en deuda con su afición y, por ello, sueña con brindarla una histórica victoria en el Santiago Bernabéu ante el Real Madrid, vigente campeón de Europa. Se espera, además, un desplazamiento masivo de la hinchada escocesa, y es que las fuerzas de seguridad han advertido de la presencia de 7000 aficionados del Celtic por las calles de la capital española durante los próximos días.
Asimismo, una fuente de dentro del Celtic de Glasgow ha sido contundente en declaraciones al diario AS: "No iremos a Madrid de turismo, vamos a dar batalla. Sabemos que nos vamos, pero queremos hacerlo dando un portazo", señalan. Sin duda será un partido especial tanto para el club como para la afición escocesa.