Vivir o morir

Cierto es que, esta temporada, el Real Madrid ha conseguido levantar la Supercopa de Europa y la Intercontinental, que tiene encarrilado el pase a la final de la Copa del Rey, que sigue vivo en la Champions y que en LaLiga, pese a perder la ventaja que tenía, está a solo un pinchazo del Barça de poder depender de sí mismo, es decir, está en la pomada. No obstante, igual de cierto es también que, aunque en líneas generales la cosa no vaya mal, el juego y el rendimiento del equipo están dejando mucho que desear en buena parte de los partidos: Liverpool, clásicos de Liga y Supercopa de España... y no solo derrotas, sino también en algunas victorias, como la última ante el Rayo, obtenidas al trantán y a medio gas.

Ya destaqué en su día que el calendario es inhumano y que es difícil aguantar el ritmo y estar siempre al 100 %, pero en el club más exigente del mundo, el mismo que en los peores momentos ha demostrado ser capaz de salir adelante y campeonar, las excusas no valen y una eliminación contra el Atleti sería el acabose. El duelo en el Metropolitano marcará la temporada. Caer en octavos ante los rojiblancos puede ser un mazazo terrible, la consumación de que en este curso algo está fallando, más allá de la fatiga acumulada. Ya daría igual LaLiga, la Copa, la Intercontinental y la Supercopa de Europa. Ese suceso determinaría la campaña de los madridistas. Porque luego, contra el Arsenal presumiblemente, puede pasar lo que sea y un tropiezo sería doloroso también, pero no tanto por motivos obvios: la ronda, la rivalidad con los colchoneros... A ver con qué motivación afrontaría el Real Madrid lo que resta de temporada si perdiese en el Metropolitano. 

Ahora bien, aunque pasar a cuartos no sería nada extraño para un club que de los últimos 14 años, solo en dos ocasiones ha perdido en octavos (2019 y 2020), el chute de moral y energía puede ser importante. La constatación de que, a la hora de la verdad, el equipo da la cara y cumple, pudiendo ganar a cualquiera; como demostró contra el City, por muy mal que estuvieran los de Guardiola. El partido contra el Atleti es una final anticipada que, sin duda, marcará la temporada: vivir o morir.