¡Oh capitán, mi capitán!

Valverde se lesionó ante Osasuna hace un par de semanas. El club no sacó parte médico oficial, pero la realidad es que estuvo muchos días sin entrenar con sus compañeros y tan solo lo hizo el día antes de jugar contra el Atlético de Madrid. Es decir, el jugador charrúa forzó al máximo para poder estar en el derbi y se dejó el alma para ayudar al equipo.

Muchos criticaron hace unas semanas que Valverde no saliera a hablar de los árbitros y tirara balones fuera en la rueda de prensa previa al partido contra el Manchester City. Decían que eso no era un verdadero capitán. Pero a mí dadme más jugadores como Valverde. Puede ser que a lo mejor no sea el portavoz ideal, pero no hay mayor ejemplo de capitanía, que aun estando al 60%, dejarse todo y más para que el Real Madrid sea competitivo.

UN EJEMPLO PARA TODOS

Valverde no solo forzó y ayudó. Fue el mejor del conjunto blanco en el partido. Asistió a Rodrygo en el primer tanto, pero es que también equilibró al elenco merengue y salvó tres situaciones claves del equipo rojiblanco, que podían haber acabado en gol. Se marchó a falta de diez minutos, y todavía sigue entrenando solo recuperándose para estar mejor en la vuelta. Este tipo de actuaciones son la que en mi opinión te hacen merecer ser capitán. No siempre hace falta pegar cuatro gritos. Simplemente, vale con ser un ejemplo, y eso Valverde lo es día a día.