Hansi Flick ha sido el último en caer en sus garras

Uno es más consciente de lo que es el Real Madrid cuando viaja fuera de España. En los últimos días he tenido la oportunidad de cubrir algunos partidos de los de Carlo Ancelotti en Inglaterra o en Portugal. Independientemente de la enemistad y la rivalidad, los aficionados rivales hablan del club blanco como de un gigante. Tienen admiración deportiva por la entidad de Concha Espina aunque después, algo totalmente lógico, quieran arrasarlos en el terreno de juego por goleada.
CASI LO MISMO QUE EN ESPAÑA
En España es todo lo contrario. Por mucho que ganen o muestren su solidaridad con determinadas acciones, como donar un millón de euros a los afectados por la DANA de Valencia, siempre serán vistos como los malos de la película. Es algo realmente repulsivo e incluso en momento vomitivo. El último en caer es Hansi Flick. Sí, es cierto que ha confirmado que siempre tendrá respeto por el Real Madrid, pero lo ha hecho con la misma falsa humildad de Pep Guardiola. Deja caer por un lado que los madridistas son los culpables de ciertos asuntos, mientras sacan su mejor sonrisa y quieren quedar bien ante los medios de comunicación.
Cubrir la actualidad del Real Madrid no es todo lo bonito que parece desde fuera. Sí, vas al Bernabéu y ves de cerca a los futbolistas, pero tienes que soportar ciertas presiones en redes sociales. En definitiva, está mal visto ser madridista. Es la sensación que tenemos muchos periodistas y aficionados del club. Al mismo tiempo, no dudamos en criticar a Carlo Ancelotti o a Florentino Pérez. Nos da igual quién entrene o presida la entidad, si lo hace mal iremos con todo a por ellos.
"El antimadridismo es el precio que hay que pagar por tener más ligas que nadie en España y mas copas que nadie en Europa."

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