El mundo es blanco: la crónica Real Madrid 3-0 Pachuca
El Real Madrid llegaba a Qatar el pasado lunes con el objetivo de volver a la capital con un nuevo título. Antes de esta cita, el club había sido protagonista en los premios The Best, pero después había que pasar página inmediatamente para poner el foco en la Intercontinental. Torneo que volvía 20 años después. El Madrid tenía la posibilidad de conseguir el noveno trofeo de esta índole y por ello debía salir a ganar frente al Pachuca. El equipo mexicano había tenido que eliminar a Botafogo, campeón de la Libertadores, y Al Ahly, campeón de África. Habían recorrido un camino más largo en el torneo que los madridistas que se plantaron directamente en la final. Las espadas estaban en todo lo alto, con la noticia de que Mbappé era titular.
DE MENOS A MÁS
Con muchísima puntualidad arrancó la gran final de la Intercontinental en el Lusail Stadium. Empezó el Real Madrid con la pelota en su dominio, pero con un sorprendente Pachuca que presionaba arriba, complicando al conjunto blanco en salida. Problemas para el equipo merengue que erró con Fran García, y el disparo de Luis Rodríguez tuvo que obligar a Courtois a esforzarse al máximo con un tiro que no parecía llevar mucho peligro, pero que tras dos botes se complicó. Continuaba atacando Pachuca los problemas del Real Madrid: Idrissi sabía que Lucas es el factor más débil, y un centro-chut lo tuvo que sacar de nuevo el portero belga. Necesitaba soltarse algo más el conjunto blanco que había empezado con más dudas que certezas. Pero poco a poco fue siendo algo más peligroso. La banda izquierda parecía ser la elegida para atacar los espacios, buscando continuamente a un Vinicius visiblemente motivado.
Se fue metiendo en campo contrario y gracias a una gran combinación entre Camavinga, Rodrygo y Mbappé se consiguió generar la primera situación clara de peligro, aunque el disparo del brasileño dio en un defensor. El equipo merengue encontraba más espacios y eso, con jugadores como Vinicius, Kylian y Rodrygo, es más beneficioso, aunque no terminaba de probar al portero rival hasta que el de Bondy, tras una grandísima jugada del Real Madrid, abría el marcador. Bellingham asistió a Vinicius, este tumbó al portero con una bicicleta y regaló el gol a Mbappé para anotar el primero. Los buenos siempre se entienden. El gol le sentó mal al Pachuca. Sufrió un par de ocasiones más, pero también es cierto que la presión de los primeros minutos les desgastó. Con el 1-0 se llegó a un descanso que necesitaba más el equipo mexicano que el Madrid.
CAMPEONES DE LA COPA INTERCONTINENTAL
Tras los quince minutos protocolarios, se reanudó el partido en el Lusail Stadium, sin cambios en ninguno de los dos equipos. Y en los primeros minutos se vio que el Real Madrid seguía con la misma comodidad con la que acabó el primer tiempo. Faltaba el gol que diera más tranquilidad, aunque también se soltaba de vez en cuando Pachuca. Sin embargo, los madridistas no tardaron en ampliar su ventaja. Esta vez el protagonista fue Rodrygo, que estaba encontrando mucha conexión con sus compañeros. El carioca hizo su jugada y, tras recortar, mandó a guardar el balón con un golazo a la altura de su calidad. El VAR amenazó con anularlo, pero el árbitro, tras ir a revisarlo, dejó claro a través de su micrófono que Bellingham no interfería en la línea de visión del portero. Tras la hora de partido, Ancelotti hizo los primeros cambios. Seguramente pactados porque los que se fueron eran Mbappé y Camavinga que venían de lesión.
Entraron Ceballos y Brahim para seguir controlando el partido, pero la realidad es que Pachuca creció algo. Todo lo contrario a lo que seguramente quería el conjunto blanco. Hasta el punto de que Courtois iba a tener que volver a exhibirse en una falta lanzada por Rondón. Y aunque posteriormente, la tuvo de nuevo Vinicius para anotar el tercero y terminar de finiquitar el partido, el venezolano rozó el tanto. Esta vez fue de cabeza, pero su remate se marchó rozando el larguero del meta belga. Pero Vinicius quería su gol y con su magia, que ya utilizó en el primero, estuvo cerca de hacerlo realidad.
Doble toque para Belligham, devolución de pared, y definición con otro doble toque. Magia que no se convirtió en gol por nada. También entró al campo Luka Modrić, capitán del Real Madrid, muy ovacionado en el estadio y con la oportunidad de levantar otro título. Un título certificado con un penalti sobre Lucas pitado por el árbitro a instancias del VAR, y materializado por Vinicius, aunque a punto estuvo de pararlo Carlos Moreno. El Real Madrid viajó a Doha para coronar el mundo, y volverá con los deberes más que hechos. Esta Intercontinental cierra un 2024 increíble para el conjunto blanco, engrandece el legado de Ancelotti y permite seguir haciendo crecer el proyecto del club madrileño que encara un 2025 repleto de objetivos.