No Valverde, no party
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Quién diría que quemar a tu jugador más importante de toda la plantilla no tendría consecuencias. La ausencia de Fede Valverde es más importante que la de cualquier otro, y no solo por su polivalencia, sino por el alma y entrega de cada partido. También entra Jude Bellingham, que más allá del superclase que es el inglés, también se deja toda la gasolina posible encuentro tras encuentro. Los dos son bajas muy duras para el Real Madrid, aunque la del uruguayo es completamente evitable. Aquí, las culpas van para Carlo Ancelotti, que decidió exprimir la maquina charrúa hasta que explotase, y ahora la plantilla se ha quedado huérfana de aquel extraño elemento que se come por completo sistemas rivales.
Seguramente no seamos solo los aficionados, y le echen de menos sus propios compañeros cuando vean que el receptor de su pase no es Valverde y sea cualquier otro. También cuando el uruguayo coma metros con su zancada, proporcionando asistencias y creando jugadas de gol. Y como no, cuando recupere sus diez balones por partido solo por posicionamiento y garra infinita. Sin el charrúa, el Real Madrid está huérfano de la energía que caracterizan las remontas, pero también de la calma que deja por su mera presencia. En tu debe queda, Ancelotti, porque no siempre la suerte te va a salvar de muchos ridículos espantosos.
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