Papá, gracias por hacerme madridista
Cuando con solo tres o cuatro años empecé a ver partidos del Real Madrid con mi padre, no podía ni imaginar todas las alegrías que este bendito club iba a brindarme.
El Real Madrid volvió a vivir otra noche mágica en Europa consumando una remontada que, sin duda, pasará a la historia del club y de la Champions League. Para darle mayor epicidad, el PSG se marchó al descanso con un 0-1, obra otra vez de Mbappé, que obligaba a los de Ancelotti a marcar dos goles para forzar la prórroga y tres para lograr el pase a cuartos de final. Para ello, los blancos solo disponían de 45 minutos... y lo lograron.
No traten de encontrar explicación. El Real Madrid parecía derrotado, pero un despiste de Donnarumma sirvió para revivir al equipo y a la afición, que parecía haberse desconectado un poco tras la primera parte. A raíz del 1-1, el PSG trató de dormir el partido con posesiones largas, pero Luka Modric se hizo gigante y empezó a adueñarse del centro del campo, escoltado por un Valverde que fue de menos a más y con un Camavinga que cuajó grandes minutos desde el banquillo. El croata se inventó un pase de fantasía para que Karim marcase su segundo gol de la noche, solo un par de minutos antes de certificar su 'hat-trick'. El aficionado parisino vio cómo se pasaba del 1-1 al 3-1 en un santiamén. Sin encontrar explicación alguna.
Y ese mismo equipo que parecía derrotado al comienzo de la segunda parte, siguió presionando y buscando el 4-1 en los últimos minutos de partido. No llegó el cuarto, pero daba igual. El Real Madrid había vuelto a hacer historia demostrando, una vez más, que la grandeza no se compra con dinero. Y yo, una vez más, tengo que dar las gracias a mi padre por hacerme madridista.