Modric es eterno: la crónica del Real Madrid 2-0 Girona

Después de vencer al Manchester City en el Santiago Bernabéu, en este mismo escenario el Real Madrid recibía al Girona de Michel en un partido fundamental para no descolgarse de Atlético de Madrid y Barcelona en la lucha por LaLiga. Ambos rivales vencieron ayer a Valencia y Las Palmas y eso provocó que el conjunto blanco cayera a la tercera posición momentánea a falta de su encuentro contra el elenco catalán. Un partido trampa por la competición liguera en medio de un calendario apretado por los partidos de Copa del Rey y Champions League, pero protagonizado por otro lado por la titularidad de Alaba 14 meses después de su lesión de ligamento cruzado. 

ETERNO LUKA MODRIC 

El conjunto blanco iba a empezar con todo el control del balón, y las primeras ocasiones no iban a tardar en llegar. Encontraron a Vinicius al espacio y por poco no llegó el primer gol del partido. Le faltó más precisión en el pase al segundo palo donde esperaba Kylian Mbappé. Y más tarde, después de una buena intervención de Courtois, de nuevo la dupla entre el brasileño y el francés sería protagonista, aunque en su respuesta salieron las manos de Gazzaniga. Sin embargo, tras estos acercamientos, el encuentro bajo mucho el ritmo, lo cual perjudicaba al equipo merengue. El Girona defendía en su campo y los hombres de Ancelotti se sentían bloqueados y sin generar prácticamente peligro. Eso impacientaba al público.

Los de Michel no estaban incómodos. De hecho, tuvieron una muy clara con Van de Beek que repelió muy bien el portero belga de nuevo. Pero aun sin desplegar buen futbol, el Real Madrid por momento conseguía correr, pero nunca terminaba de decidir bien en los metros finales. Existieron varios contrataques en superioridad clara, que no terminaron ni en disparo a puerta. Pero el tiro que sí acabó en puerta y concretamente en la red, fue el mísil de Luka Modric tras recogerla botando y mandarla a guardar sobre el 40 de partido. Así se llegaba al final del primer tiempo.

SEGUNDA MITAD

En la segunda parte, el ritmo no aumentaba por parte de ningún equipo. El Real Madrid dominaba el balón, pero sin gran velocidad, y el Girona intentaba esperar para salir a la contra. El conjunto blanco dependía mucho de sus individualidades para desatascar la línea defensiva gironí, y ahí el que más lo estaba intentando era Vinicius, aunque con falta de buena elección en los últimos metros, y sin fortuna porque dio al larguero. Aun así seguían generándose buenas situaciones de peligro, con Rodrygo y Mbappé también involucrados. 

Ancelotti hizo los primeros cambios en el 73 de partido. Quitó a Alaba y Brahim para meter a Camavinga y Tchouaméni, intentando subir la intensidad de un Real Madrid que cada vez se iba viniendo más abajo físicamente. El Girona comenzó a ganar metros en el campo, enrareciendo un poco el encuentro, ya que el conjunto de Ancelotti no conseguía matar el partido. Aunque el que menos fortuna estaba teniendo iba a ser quien finalmente decidiera una tarde con incertidumbre. Vinicius contemporizó muy bien el contrataque, encontró a Mbappé, que se la devolvió y el brasileño definió con toda la sutileza y paciencia que le faltó durante todo el encuentro. 3 meses después anotó en LaLiga para permitir que el Real Madrid empate a puntos al Barcelona, suba la segunda posición y se siga luchando por el campeonato de la regularidad.