CRÓNICA | El Real Madrid se lleva el clásico a medio gas
¡Hasta a medio gas y a tirones el Real Madrid es capaz de ganar al Barcelona! Victoria por 2-3 en el clásico y pase a la final de la Supercopa. Sin ser demasiado brillantes, los merengues vencieron a su eterno rival gracias a los goles de Benzema, Vinicius y Valverde. Luuk de Jong y Ansu Fati marcaron para un Barça muy mejorado; pero que sucumbió de nuevo ante los madridistas.
Para este partido, Ancelotti apostó finalmente por Asensio y Carvajal por delante de Rodrygo y Lucas y tuvo que resolver un problema de última hora: la lesión de David Alaba, quien fue sustituido por Nacho. Por lo demás, el mismo once que frente al Valencia. Y el inicio del clásico fue bastante positivo para un Real Madrid que encontró pocas dificultades a la hora de desarbolar la presión azulgrana y que pudo correr, aprovechando los espacios que dejaba el Barça. Sobre todo por la banda, donde Asensio y Vinicius eran auténticos puñales. Ambos tuvieron las tres primeras ocasiones del encuentro, pero sus disparos no fueron buenos.
Aun así, el dominio madridista era total. Solo faltaba precisión en los metros finales. Precisión que acabó teniendo Vini después que Benzema robase una pelota en el medio campo y le pusiera el balón en carrera. El brasileño firmó un gol que hasta hace unos meses parecía imposible. Control extraordinario y definición descomunal con la zurda ante Ter Stegen. Otro golazo para la colección y otra vez decisivo en un clásico.
Sin embargo, el equipo se atolondró y se relajó tras el gol y el Barcelona supo aprovecharlo. Los catalanes empezaron a generar más peligro echando mano a los centros y a un Dembélé muy incisivo. Luuk de Jong tuvo dos oportunidades clarísimas, pero sus dos cabezazos fueron demasiado mansos, fáciles para Courtois. Y al final, fue tanto el cántaro a la fuente... que un mal despeje de Militao tras un centro de Dembélé se acabó estrellando en el delantero holandés con tan mala fortuna que el balón se coló en la portería merengue al filo del descanso.
Ya en la segunda mitad, el Real Madrid tampoco era capaz de salir de su letargo y tanto Pedri como Luuk de Jong volvieron a avisar a los blancos con dos ocasiones peligrosas. Sin embargo, los de Ancelotti terminaron reaccionando y recuperaron el control y el dominio del juego; aunque sin inquietar a los barcelonistas. Para ello, Carletto metió a Rodrygo por Asensio. No obstante, el peligro lo acabaría aportando Karim Benzema, quien estrelló un balón al poste tras una jugada bellísima.
Ese disparo al palo sería un aviso de lo que llegaría después. Tras una palomita descomunal de Ter Stegen a otro lanzamiento del francés, la jugada le acabaría volviendo al '9' madridista que envió la pelota al fondo de la red después de un rechace del propio arquero alemán a un centro raso de Carvajal, quien había cogido el despeje de la anterior parada del guardameta teutón al disparo de Benzema. Un gol importantísimo a menos de veinte minutos del final.
Pero como si ya estuviera el partido ganado, los merengues volvieron a relajarse y jugaron con fuego hasta que se quemaron. Diez minutos después, y a solo siete del final, Ansu Fati logró empatar de nuevo aprovechando un centro mal defendido por el Madrid. El delantero culé cabeceó libre de marca y devolvió las tablas al marcador que no se movió en el tramo final, pese a que los catalanes siguieron intentándolo.
Empezada la prórroga, el Barça se apoderó de la posesión y acorraló al equipo madridista. Los culés se hicieron claros dominadores del encuentro y los blancos apenas conseguían tocar la pelota. Sin embargo, cuando mejor estaban los azulgranas, el Real Madrid les mató al contragolpe. Tras un slalom descomunal de Casemiro y gran centro raso de Rodrygo, Valverde fusiló al fondo de la red para aventajar nuevamente a los madrileños. De nuevo contra las cuerda, el Barcelona tiró de pundonor y Courtois tuvo que intervenir seriamente para impedir otro empate.
En la segunda parte del tiempo extra, el ritmo de juego decayó y los de Ancelotti domaron el partido. Las fuerzas flaqueaban en el Barça, que lo intentaba más con el corazón que con cabeza. Sin embargo, todos sus ataques eran repelidos por un Real Madrid que a la contra pudo sentenciar, pero Camavinga, por dos veces, no estuvo fino en la toma de decisiones. Tampoco Rodrygo que, tras otro contragolpe y una ocasión clarísima del Barça, desperdició un mano a mano ante Ter Stegen en el último minuto. Finalmente, el club madridista acabó cerrando el pase a la final de la Supercopa de España, que se jugará el próximo domingo. Los blancos conocerán mañana a su rival tras el Athletic-Atlético (20:00 horas).