ANÁLISIS BD | Los aciertos y errores del Real Madrid ante el Sheriff

Accidente, del latín accĭdens-entis, se define como un suceso eventual o acción que involuntariamente extraña para las personas o las cosas. Es la mejor definición posible para explicar lo que le sucedió anoche al Real Madrid ante el Sheriff Tiraspol en la Champions League. Los blancos, que dominaron durante los noventa minutos, acabaron perdiendo un partido en el que dispararon hasta en una treintena de ocasiones. Y a los moldavos les bastó con llegar tres veces a puerta para marcar dos goles.

Está claro que nunca se pierde un partido por 'suerte'. Se hicieron cosas mal y Carlo Ancelotti, tras ver el partido, ya sabe dónde se falló. Concedieron los primeros 25 minutos a un equipo debutante para que se asentara en el campo y, con la ilusión de aquellos que juegan por primera vez en el Bernabéu, marcaron en la primera ocasión que concedió el Real Madrid.

Tampoco gustó a Ancelotti que hubiera cierta desconexión entre los zagueros. Tanto la pareja de centrales, Alaba y Militao, como con los laterales Nacho y Miguel Gutiérrez. Eso facilitó que, por poco daño que hiciera el Sheriff, siempre causaran peligro. Y así fue. Llegaron tres veces y marcaron dos goles. Aunque el perro no sea grande, también muerde.

No obstante, el míster también sacó algunos aspectos positivos de la derrota. Empezando por la facilidad que tuvo el equipo para generar ocasiones. No entró ninguna, salvo el penalti, pero fue por acierto del guardameta del Sheriff y por esa pizca de fortuna que se necesita en los partidos. A veces marcas uno y después llegan en cola todos los demás.

Contra el Villarreal costó un mundo generar peligro y ante el Sheriff se vio que los hombres de arriba siguen teniendo pólvora. Mojada contra los moldavos, es cierto, pero no será así siempre. Le gustó el partido de Hazard, la polivalencia de Camavinga, la explosividad de Vinicius... El equipo presionó arriba, no dejaba que el Sheriff tuviera la pelota, y atacaron en todo momento. Eso es lo que pide Carletto y, en parte, lo vio en el Bernabéu.