¿Pero qué esperabas, Ancelotti?
Más allá de lo evidente del resultado, la mala noticia para el Real Madrid anoche en su visita al RCD Espanyol fue la lesión de Antonio Rüdiger. El mejor central del equipo ha caído lesionado en el momento más inoportuno de la temporada... Por obra y gracia de Carlo Ancelotti.
Porque sí, la planificación del club en lo que se refiere a los centrales ha sido nefasta. Todo el mundo veía la escasez de efectivos, pero el Real Madrid cerró la puerta al mercado desde el minuto 1 con la excusa de que nada mejora lo que hay (mentira). Sin embargo, Ancelotti ha tenido un sinfín de oportunidades para dar descanso a Rüdiger gracias a la irrupción de Raúl Asencio; pero, en su lugar, el italiano decidió dejar en el banquillo al canario en múltiples partidos para seguir fundiendo al internacional alemán y para meter con calzador a Tchouaméni. El francés, por cierto, volvió a ser un desastre anoche, pero eso da para otro artículo aparte.
Todo el mundo veía venir la lesión de Rüdiger, menos Ancelotti. Es lo que tiene pasarte por el forro la meritocracia y dejar en el ostracismo a Asencio solo porque "tiene menos experiencia" (la solución para ese problema es ponerlo a jugar, Carlo) y porque "mide menos centímetros que Tchouaméni". ¿Qué esperaba? ¿Que el germano aguantase toda la temporada, con casi 32 años y una artritis crónica, sin pasar por la enfermería?
Y ahora, ¿cuál va a ser la solución de Ancelotti en caso de que Rüdiger no llegue ni al derbi contra el Atlético, ni a la eliminatoria contra el Manchester City? Pues la lógica dice que tocará jugársela con Asencio - Tchouaméni como pareja de centrales. Pero conociendo al italiano, nadie puede atreverse a descartar la entrada de un Alaba que no ha jugado un partido de inicio desde diciembre de 2023. Así está el tema.
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