Tchouaméni demuestra que debe jugar de pivote

Después de la debacle en la final de la Supercopa de España ante el FC Barcelona, Carlo Ancelotti realizó el cambio que todo el madridismo le estaba pidiendo: desplazar a Tchouaméni de la posición de central y colocar ahí a Asencio, después de los últimos encuentros del francés en el eje de la zaga, donde se le había visto desubicado y muy desacertado. El pasado jueves, ante el Celta, el futbolista galo volvió a su posición y, pese a los que tuvo un inicio de partido algo errático, fue creciendo con el paso de los minutos hasta cuajar una gran actuación, atento en las coberturas y cortando varios balones clave, que evidenció que de ahí no se le puede sacar salvo en casos de extrema urgencia.

Aurélien convirtió los pitos de antes del partido y de los primeros minutos en aplausos, a diferencia de un Raúl Asencio que, por el contrario, no tuvo su noche. Pese a que había estado muy correcto en todo el encuentro, el canterano del Real Madrid cometió el error de llegar tarde y demasiado brusco a un lance con Bamba, provocando el penalti que llevaría la eliminatoria a la prórroga. El propio jugador reconocía su fallo, como pidiendo disculpas por una acción que complicó el choque ante el Celta. Una prueba de que, como dijo Ancelotti antes del partido, "solo lleva dos meses con nosotros". Le falta mucho por pulir y hay que tener cuidado con alzar las campanas al vuelo tan rápido. Señal también de que con el canario no basta y de que, a la espera de que vuelva Alaba, habría que pensarse lo de fichar a un nuevo central. A Asencio le queda camino por recorrer y Tchouaméni está claro que si no se mueve del centro del campo... mejor.