CRÓNICA - El despertar de Vinicius
Ida y vuelta es lo que pretendía el Liverpool de Jurgen Klopp con la alineación. El alemán sacrificó el toque de Thiago Alcántara por la velocidad y el despliegue de Naby Keita. Sin embargo, la cosa no salió bien y el jugador de Guinea acabó en el banquillo antes de que acabara la primera mitad. Pero vamos por partes para explicar todo lo que sucedió antes. El Real Madrid sabía que la baja de Varane era complicada. Militao tenía que entrar a sustituir al francés. Una tarea nada fácil. Lo más fácil para Zidane era sacar el sistema de tres centrales, pero decidió no esconderse e italianizarse para apostar por una estructura de ataque. Y acertó con el 4-3-3.
El encuentro empezó con mucho ritmo. Ida y vuelta, como decimos, pero sin ocasiones muy claras. Tanto Courtois como Alisson no intervinieron, pero había emoción. No hubo tampoco muchas faltas, porque el ritmo tan rápido no lo permitía. Los blancos controlaron el balón en todo momento y la iniciativa del juego. El baño de los pupilos de Zidane fue real. La espalda de Robertson, Kabak, Philips y Alexander-Arnold era cogida por Vinicius y Asensio, que no dejaron escapar una jugada y ocasión para ir al espacio. Precisamente, el primer gol de los locales llegó con un pase en largo de Kroos que cogió al vuelo Vinicius. Control con el pecho, bajada del balón y definición como un nueve puro. Uno de los mejores goles del brasileño en lo que lleva del Madrid.
El marcador pudo aumentar más cuando Benzema controló en el área y Kabak atropelló al francés en el área. Brych no señaló nada, pero era penalti claro. Tampoco el Madrid sufrió demasiado porque unos minutos más tarde logró otro tanto. Esta vez, otro pase en largo de Kroos y una mala entrega al portero de Alexander-Arnold permitió a Asensio que controlara el balón, superara a Alisson por arriba y definiera a placer. El Liverpool no estaba y Klopp deciidó mover el banquillo. La apuesta en el medio no funcionó porque no encontraron respuesta ni para defender ni para atacar. Mané, Jota y Salah fueron meros espectadores.
El Liverpool despertó en la segunda mitad
Todo lo mal que lo hizo el conjunto visitante en la primera mitad cambió en la segunda. El Liverpool salió con otra actitud al campo y tenía más ambición. Todo ello que el Madrid se tapara un poco, y quizá hasta se confiara. Ello hizo que en un rebote Salah cogiera un balón muerto y marcara el gol que daba alas a los ingleses, sobre todo de cara al encuentro de vuelta. Los blancos no se lo terminaban de creer del todo por el buen encuentro que hicieron, pero no se rindieron.
El balón volvió al medio. Kroos y Modric eran los líderes. Y en una jugada en la que Modric estaba en el borde del área encontró a Vinicius solo. El brasileño disparó y sorprendió a todos, incluso a Alisson, que no pudo atraparlo y el balón terminó entrando. De una jugada aislada, el Madrid lograba poner el tercero en el marcador sin mucho esfuerzo. Y Vinicius celebraba el gol con una sonrisa, una reivindicación por todos los palos y críticas sobre su falta de gol. Pues en los cuartos de final de Champions se coronó.
Nada más marcar Vinicius, el Madrid se volvió a plantar en el área con solo tres pases. En este caso fue Asensio el que no pudo controlar el balón para hacer el cuarto, en un momento en el que podía disparar.
Los de Zidane se fueron apagando cuando el físico ya no daba para mucho más, pues el esfuerzo había sido tremendo en todo el encuentro. El Liverpool marcó la iniciativa en los minutos finales, con Firmino dentro del campo. Era lógico, pues un gol les metía de lleno en la eliminatoria. En cambio, los locales taparon bien todos los huecos y evitaron un gol más en contra para el partido de vuelta.