Diferencias y similitudes entre Chus Mateo y Pablo Laso
El Real Madrid de baloncesto afronta el primer cambio de año natural desde que el año 2011 diera paso al 2012 sin Pablo Laso en los banquillos. Es una situación que sigue sonando extraña para todos los que hemos crecido junto a este equipo. Pero ahora, con más de 30 partidos a las espaldas de Chus Mateo, es el momento de hacer balance, comprobar cómo ha sido el inicio de esta nueva era y echar la vista atrás y ver cómo en 2011 el ex entrenador vitoriano se puso a los mandos de la nave blanca.
La etapa de Mateo empezó de la mejor manera con un nuevo título de Supercopa, el torneo que tiene en el Madrid al equipo más regular y al que más lucha por esta copa. Pero el inicio de temporada no fue tan idílico como aquellas noches de verano en Sevilla.
A los jugadores blancos les costó encontrar la regularidad en los primeros partidos, no solo echando de menos la falta de acierto, sino encontrando pocas soluciones desde el banquillo y no utilizando bien el nuevo sistema de juego de Chus Mateo. El fondo del pozo lo tocaron los madridistas tras perder 3 de 4 partidos en Euroliga, la piedra de toque de todo club europeo.
A pesar de ello, el cuerpo técnico no se alarmó y siguió trabajando, con algunos matices y una vuelta a los sistemas utilizados con Pablo Laso, encontrando de nuevo la senda de la victoria en el viaje europeo a Milán, que terminó con una gran victoria y con las energías renovadas.
Desde ese momento, los de Chus Mateo encadenaron 6 victorias consecutivas en Euroliga, venciendo a Anadolu y llevándose un gran partido en Estambul ante el hasta entonces intratable Fenerbahçe. Solo un gran Mike James logró arrebatar la séptima en la prórroga de los brazos blancos.
Echando la vista atrás y situándonos en la temporada 2011/2012, recordamos que Pablo Laso estuvo muy discutido desde su fichaje y durante casi todo el primer año. Los primeros partidos, aunque mejoró el equipo y lo hizo atractivo de ver, los resultados también fluctuaban y el equipo estuvo a punto de quedarse fuera de Europa en febrero.
Precisamente ese mes fue clave en el devenir de todo lo que llegó después. Aquella famosa Copa del Rey del Palau en la que el Madrid, que llevaba 19 años sin ganar ese título, se impuso al anfitrión, el Barça, por 17 puntos. Aquella gloriosa noche se puso la primera piedra de la mansión que los madridistas construyeron después.
Por todo ello cabe ser positivos con el nuevo equipo que está elaborando Chus Mateo, que ha conseguido muy rápido la regularidad y las victorias, entendiendo que el contexto no es ni parecido al que se encontró Pablo Laso en 2011.