Diré a mis nietos que vi jugar a Jude Bellingham
No tengo palabras suficientes para describir lo que representa Jude Bellingham en el Real Madrid. Si hubiera jugado de blanco hace 70 años, mi abuelo me habría hablado de él como uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos. Es joven, solo tiene 21 años, pero sigue demostrando que los galácticos pueden mancharse de barro. Pelea, asiste, marca goles, se deja el alma en el campo... No se le puede reprochar absolutamente nada al británico. Nada es nada.
Bellingham encadena una racha de seis partidos consecutivos marcando. Recuerda al acierto que tuvo en la pasada, cuando Carlo Ancelotti estuvo muy acertado en situarlo en una posición cercana a la delantera. Por exigencias del guion, el italiano se atrevió a modificar su demarcación. No ha sido hasta ahora cuando hemos visto la mejor versión de Jude.
JUDE, PARA SIEMPRE
Solo lleva dos años en el Real Madrid, pero hay que hacer algo para asegurarse los servicios de Jude Bellingham durante toda su carrera. No puede jugar en otro equipo, sería demasiado doloroso para mí y para todo el madridismo. Ha nacido para jugar en el Santiago Bernabéu. No solo por su calidad, sino porque jamás da un balón por perdido y eso es algo que va incrustado al escudo del Real Madrid. Rendirse jamás es una opción, y si tiene que reprochar algo a Mbappé y a Vinicius, lo hace en pleno partido.
Más allá de no rendirse y de su enorme calidad, tiene un pundonor que emociona. Parece haber nacido en La Latina o en las puertas del mismísimo Santiago Bernabéu.