No va a pasar, pero las piezas encajan
Hay momentos en la vida que nos permiten soñar, y este es uno de esos. En medio de la crisis defensiva que ha golpeado al Real Madrid tras la lesión de Eder Militao -desde aquí deseamos que se recupere y vuelva lo mejor posible-, me permito imaginar un regreso lleno de emotividad y que, cuanto más lo pienso, más sentido le veo: el de Sergio Ramos.
Sé que las probabilidades son escasas, casi nulas, pero al visualizarlo, las piezas simplemente encajan. En primer lugar, Sergio Ramos llegaría sin coste alguno. En una época en la que los clubes se ven obligados a manejar cada euro con suma precaución, obtener a un defensa de su calibre gratis sería un movimiento brillante. Esta incorporación no solo resolvería las necesidades inmediatas en la defensa, sino que permitiría al Real Madrid reservar sus recursos para un fichaje de primer nivel en verano. Llámese Lukeba, Jorrel Hato o cualquier otro.
Pero más allá del aspecto financiero, está el factor humano. Ramos no es solo un jugador; es una leyenda viviente del Real Madrid. Su regreso significaría mucho más que cubrir una posición en el campo. Sería un retorno del espíritu y el liderazgo que tantos éxitos ha traído al Santiago Bernabéu. Imaginarlo de nuevo en ese vestuario, guiando a los jóvenes, ofreciendo su experiencia y su corazón madridista...
Fuerza, Mili . Te sabes el camino de vuelta, lo recorriste una vez y lo vas a volver a hacer. ❤️ @edermilitao pic.twitter.com/snVwDotX2k
— Sergio Ramos (@SergioRamos) November 9, 2024
En cuanto a la edad, sí, tiene ya 38 años; pero Modric tiene 39 y ahí está. A pesar de su veteranía, el pasado curso en el Sevilla demostró que Sergio Ramos sigue siendo un defensor formidable, capaz de enfrentarse a los mejores delanteros y de ser un baluarte en la defensa. Su experiencia y conocimiento del juego, junto con su capacidad de liderazgo, serían vitales en estos momentos de incertidumbre en el Real Madrid.
Por último, su regreso también ofrece una narrativa de redención y despedida. Ramos salió del club que definió su carrera sin la despedida que merecía. Esta oportunidad permitiría a todos los madridistas brindarle el adiós digno de su grandeza. Sería una historia que trasciende lo deportivo, un símbolo de reconocimiento y gratitud hacia un capitán que lo ha dado todo por el Real Madrid.
Imaginar este escenario es, sin duda, un ejercicio de nostalgia y anhelo. Es soñar con un cierre perfecto. No va a pasar, pero en nuestras mentes y corazones, las piezas encajan de manera perfecta. Al menos, así lo veo yo.