Real Madrid 65-64 FC Barcelona: los blancos sacan músculo
¡Final en el WiZink Center! Después de un inicio soñado de temporada, tanto en Euroliga como en Liga Endesa, y después de vencer la primera doble jornada de Euroliga ante Zalgiris y Milán, el Real Madrid de baloncesto ha vuelto a la competición europea para disputar el tercer Clásico de la temporada ante el Barça.
El primer cuarto ha sido totalmente opuesto a los dos Clásicos celebrados esta temporada, con un arranque muy bueno de los de Roger Grimau, Los de la Ciudad Condal han sido muy ágiles en ataque, con Vesely comandando, buscándose los espacios y anotando con facilidad. Y el Madrid, incapaz de parar a los catalanes en defensa, tampoco ha podido desarticular la defensa del Barça, muy rápida para colapsar la pintura e impedir los tiros desde el perímetro. Sólo Poirier y el ‘Chacho’, bendita dupla, en los instantes finales han sido capaces de minimizar daños para los blancos, que han recibido un parcial de 12-19. Quizá, el peor cuarto de toda la temporada.
El guion del segundo asalto ha sido incluso peor para los blancos en el inicio, no sólo por el desacierto desde el perímetro, sino porque el Barça ha seguido sumando y lo ha hecho, además, a través de la figura de Willy Hernángomez, que ha sacado músculos en las celebraciones ante la que fue –y es, porque es madridista– su afición. A pocos días de halloween, ha sido la pesadilla madridista en este tramo, disparando a los culés a +14. Pero el Madrid no se asusta tan fácilmente y poco a poco, con un Palacio como hacía tiempo, muy caldeado, y a base de pico y pala ha ido recortando diferencias para irse a los vestuarios. El marcador, de 28-30, ha recordado a otros tiempos. Y más aún si a eso le sumamos que el conjunto de Chus Mateo no ha metido ni un triple en la primera mitad hasta la última jugada, con Deck anotando sobre la bocina. Vamos, la película de todos los días.
Tras el descanso, la velocidad del juego ha subido de inicio pero el porcentaje de acierto ha sido igual de bajo. Eso sí, Deck ha leído muy bien el juego al poste bajo y las ‘puertas atrás’, con un Facu imperial en la dirección, para empezar a mandar en el marcador. Y con ellos, una defensa férrea e impenetrable para el Barça, que ha sido incapaz de leer el partido. Aunque no mencionar, de nuevo, al Palacio sería injusto, porque el nivel de decibelios ha sido algo inhumano y ha llevado a los merengues a jugar a ritmo de rock and roll. Las grandes noches de Euroliga, al igual que las de Champions en el Bernabéu, asustan a cualquiera. Y, claro, el parcial blanco ha sido de 23-11.
El último asalto, al que el Madrid ha entrado 10 arriba, ha sido mucho más dinámico, aunque según ha ido el partido no era complicado. El Barça ha tratado de tejer ataques largos, encontrando siempre un pase extra para librerar por completo a un jugador, pero el Madrid le ha seguido la estela con paciencia y, de igual forma, con ataques largos y elaborados bajo la batuta del 'Chacho'. Aunque el bajo acierto ha vuelto a aparecer, el perímetro ha seguido oculto para los blancos y los de Grimau han empatado el marcador en el último minuto.
Pero la competición europea y el Real Madrid tienen algo mágico. Algo que, aunque el partido no sea perfecto y el acierto decaiga, hace a los jugadores crecerse en los peores momentos. Hoy, además, bajo la atenta mirada de Bellingham, Vinicius, Rodrygo, Tchouameni, Militao y Camavinga. Las dos secciones unidas, en una semana de Clásicos tanto en fútbol como en baloncesto. Y la energía parece haber fluido e invadido a un Palacio que no ha decaído, que no dudado de su equipo y le ha dado el apoyo final que necesitaba. Los blancos siguen imparables y han conseguido su tercera victoria de la temporada frente a los culés.
El siguiente encuentro del Real Madrid de baloncesto se disputará el próximo domingo 29 de octubre a las 12:30 ante el Zunder Palencia en la Liga Endesa.