Las Champions se ganan en segundos y las Ligas se pierden en minutos
Múnich, Lisboa, Marrakech, Trondheim y Barcelona. Cumplido el tiempo reglamentario y con las sobras del añadido, mientras muchos agonizan, llega la hora del número cuatro. ¿Qué hubiera sido de la historia reciente del Real Madrid sin los cabezazos de Sergio Ramos?
Las Champions se ganan en segundos, también la Supercopa o el Mundialito, por añadir, también se arañan empates en el feudo culé cuando toda la grada ya entona "el Cant del Barça". El Madrid es experto en salir ileso cuando ya lo han enterrado. De quitar el alma al rival y hacer historia en apenas segundos.
Pero, ¿La Liga? El torneo de la regularidad no se gana en segundos, se gana en 38 jornadas, es una carrera a fondo donde el Madrid es un bólido que le cuesta acostumbrarse a ser regular. La historia reciente dice que vive de acelerones, de dejarse gasolina por el camino, de pinchar rueda y llegar con el depósito vacío a la recta final.
Ancelotti puso el bólido a límites insospechados; 22 partidos sin dejar de ganar. Tuvo que ser Mestalla entre Reyes quien pusiera fin a la marca. Zidane quisó igualarlo y se fue hasta los 40 sin conocer la derrota. Y llegado ahí, el Pizjuán con Jovetić en modo estrella aprovechó el despiste final para cortar la racha de los blancos. Pasaron los días y cuando el Madrid parecía que recuperaba con su vuelta a Europa, fue Mestalla quien volvió a dejar tocado al bólido de Zidane.
En Chamartín reían con la 'FeliZidane' instaurada en la zona noble de la capital. ¿De que preocuparse? Si con dos jornadas menos, el Madrid no cedía el trono. El blanco, siempre por encima del hombro. Ahora con la derrota en Valencia, el Madrid ha desaprovechado un comodín, en pocas palabras, se ha pegado un tiro al pie. Es un punto de diferencia respecto al Barcelona y con un partido por jugar en Balaídos que el infierno se me queda corto, para imaginar lo que espera a los blancos después del rifirafe con el alcalde. Para culminar la semana, resta el Villarreal, otro que siempre ha metido en dificultades a los grandes. Chamartín puede dejar de sonreír, una semana después del mejor partido del Madrid en mucho tiempo.
En Sevilla, el Madrid ganaba en el minuto 85 y los despistes le dijeron hasta nunca a la imbatibildiad. En Valencia, durante 80 el Madrid fue superior al rival pero no sirvió de nada, el partido ya se había perdido. La Liga se gana partido a partido y se pierde minuto a minuto. De ganar al Villarreal, se ganara en puntos y tiempo, lo que más se necesita en esta competición.